LA LEYENDA DE LA MUJER LOBO

Había allá en tiempos en Galicia un padre que tenía muchas hijas y una de ellas comía mucha carne, cuanto más le daban, más comía.

Y un día el padre le dijo: " Aún vayas al monte a comer carne con los lobos".

Fue palabra maldita, pues aquella misma noche desapareció sin dejar rastro alguno.

Salió y allí cerca entró en trance y se convirtió en un hada y a veces andaba de lobo y otras de mujer. Fue andando, andando hasta que llego al Cebreiro y a las Canellas de Agras de Tosende (Ourense).

Por estos montes anduvo mucho tiempo de Capitana de los lobos, haciendo muchos estragos en las haciendas y en la gente (esto cuando estaba de loba). Su paradero era en el monte del Cebreiro.

Cuando estaba de mujer encendía el fuego y los lobos se juntaban alrededor de ella, y no les dejaba hacer daño a nadie. Una vez que venían los arrieros de Portugal con su cargamento, los lobos se los querían comer pero ella nos les dejaba, diciéndoles: "Quietos, dejadlos pasar".

Así anduvo mucho tiempo, hasta que le levantaron el hechizo.

Le gustaba ir a comer harina a un molino, pero una vez coincidió que el amo del molino estaba dentro, ella se quiso meter por debajo de la puerta, como siempre, y al meter una pata, la vio el molinero y con una navaja se la quiso cortar, al empezar a cortar, ella dio un grito y se convirtió en mujer.

Así que se vio mujer, trató de volver a su casa, preguntando de pueblo en pueblo hasta que llegó a la casa donde la recibieron los suyos con mucha alegría.

El verano siguiente, los de Tosende fueron casualmente a segar al pueblo donde ella vivía; Entonces ésta les preguntó de dónde eran, le dijeron que eran de Tosende y de Aguís: "Pues esos pueblos los conozco yo bien, y conozco el Cebreiro y las Canellas de Agra".

Ellos le preguntaron que por qué conocía esos pueblos.

Pues tuve que andar por allí de hada haciendo muchos estragos y por ninguno tuve tanta pena como por un niño que me comí, y mientras lo despedazaba, él me miraba a la cara riéndose.

Los segadores le dijeron que aún se hablaba por allí de esa hada y ahora estaban muy a gusto desde que ella ya no estaba.

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